[Miltos Sajturis. Fragmentos de la realidad absurda]. Por Natalia Figueroa

Miltos Sajturis es un poeta nacido en Atenas en el año 1919. Creció durante los años que precedieron a la Primera Guerra Mundial y como poeta, su escritura se desarrolló tras la Segunda Guerra Mundial. Su primer libro, La olvidada, fue publicado precisamente en 1945.
Para Natalia Figueroa, traductora de Frente al muro, libro originalmente publicado en 1952 y que Ediciones Moneda editó en 2019 en Chile, "el hecho de que Sajturis decida mostrar en su obra la realidad alienada circundante, es revelador de su compromiso con la vida. Aun cuando él no haya tenido, como otros poetas griegos, una vida política activa y manifiesta, como poeta contribuyó con la exposición en sus versos de su visión acerca de la brutalidad de la realidad".
Tras la presentación de esta edición chilena de la poesía de Miltos Sajturis, podrán leer una muestra de tres poemas traducidos por Natalia Figueroa.

Fragmentos de la realidad absurda

Miltos Sajturis (1919-2005), poeta peculiar en la literatura griega del siglo XX, ha sido incluido en la llamada “Generación griega de posguerra”. Esto es, fue estimulado por circunstancias concretas de la historia, y su obra literaria emergió de los profundos y contradictorios sentimientos a los que la vivencia de la Segunda Guerra Mundial dio lugar. Con catorce poemarios publicados y tres premios nacionales obtenidos, su poesía se caracterizó por mostrar realidad y pesadilla en atada unidad.
Ciertamente, los acontecimientos que se desarrollaron en Grecia durante su juventud estuvieron tan cargados de horror como cualquier pesadilla. Sajturis tenía diecisiete años cuando el general Metaxas impuso una dictadura fascista que duró hasta 1941, año en que las fuerzas del Eje ocuparon Grecia. Las privaciones originadas a partir de la ocupación trajeron terribles consecuencias para los griegos: cientos de miles de civiles murieron de hambre. El fin de la Segunda Guerra Mundial y, con ello, de la ocupación, no fue mejor: los conflictos internos estallaron en una guerra civil cuyas repercusiones se sintieron durante años.
Los efectos de estos hechos históricos son patentes en la poesía de Sajturis desde la publicación de su primer libro de poemas: La olvidada (1945). Ahora bien, en su poesía, Sajturis casi no se refiere a detalles históricos. Sus poemas, por lo general, están ambientados en callejones y casas anónimas en las que presenta situaciones dramáticas, misteriosas, algunas veces difíciles de comprender. Sajturis no niega esta oscuridad: “Mi poesía está hecha de muchas cosas que me eluden y que no entiendo”. Aun así, gradualmente, se van reconociendo en sus textos fragmentos de la realidad absurda que nos rodea. Su poesía, en efecto, asombra y desconcierta, pero a través de ella pareciéramos comprender que el mundo en el que vivimos es tan terrorífico y cruel como el mundo grotesco de sus textos.
Se ha dicho de él que sería un representante tardío del surrealismo. Recordemos que el surrealismo se hizo presente por primera vez en la literatura griega durante el período de entreguerras. En este sentido, Karen Emmerich ha entendido la poesía de Sajturis como una inversión oscura del mundo onírico-orgiástico de Andreas Embirikos, o bien del optimismo embriagador de Odiseas Elytis. No obstante, el mundo poético de Sajturis tiene un carácter tan original que resulta inadecuado adscribirlo a un movimiento particular. Bebió del surrealismo, así como quien bebe de varias fuentes en la búsqueda y configuración de su imaginario propio. Con todo, la manera peculiar que tiene Sajturis de entrar en lo terrible sin ser romántico, me lleva a decir que lo que le permite el surrealismo es la libertad, más que la identificación con una consigna.
En Frente al muro, uno de sus libros más emblemáticos, estas líneas que he venido señalando se presentan con vigor. Publicado en 1952, Frente al muro es el tercer libro de poemas de Sajturis, escrito luego de que el poeta pasara una temporada en el servicio militar. A Kimon Friar, quien tradujo una antología de Sajturis y la tituló con el nombre de este libro, la expresión “frente al muro” le remite a un niño que, en castigo, es obligado a estar en una esquina, de cara a la pared. Para Friar, esta imagen es la que mejor describiría la actitud y postura vital de Sajturis. Por supuesto, esto puede ser leído de otras formas. La palabra griega para decir “pared”, τοίχο, es usada igualmente para “muro”. Y el muro tiene un significado simbólico amplio en tanto se trata de una construcción humana realizada para separar o delimitar, lo que fue particularmente cierto durante la ocupación alemana de Grecia. Según Friar, “sintiéndose alienado, Sajturis decidió dar la espalda al mundo y retirarse a su yo interior”.
Desde mi punto de vista, el hecho de que Sajturis decida mostrar en su obra la realidad alienada circundante, es revelador de su compromiso con la vida. Aun cuando él no haya tenido, como otros poetas griegos, una vida política activa y manifiesta, como poeta contribuyó con la exposición en sus versos de su visión acerca de la brutalidad de la realidad.
Será tal vez por eso que algunos, como Nora Anagnostaki, han dicho que su poesía porta un "realismo esencial". Los que habían vivido la ocupación y la guerra civil –argumentó–, vieron en su poesía imágenes tomadas del verdadero horror de las experiencias compartidas durante la guerra.
En efecto, el mundo representado en sus poemas es uno sin armonía ni balance, pero sí discordancia y violencia. Todo se convierte en un trágico espectáculo:
“Cuando subía las escaleras
y las codornices se enredaban en mis pies
y arrastraban a un hombre del pelo
entonces yo aparecía y llamaba a la noche

(...) Y cuando volvía a tomar las calles
y de la tierra subían los barrotes
y en la sangre se retorcía el agradecimiento
entonces yo aparecía y llamaba a la noche”
No obstante, el juicio de Friar anteriormente señalado, interpreta la postura de aislamiento de Sajturis. Si bien, más que hablar de que Sajturis “decidió dar la espalda al mundo” –juicio que involucra una interpretación que se refiere a la vida del autor– hablaría, en el plano del análisis de su poesía, de que uno de los temas fundamentales que la recorre es el de la incomunicación. En “El ratón” (en El aparato, 1971), poema paradigmático de lo que he señalado, escribe:
“Uno hablando de un mártir
y el otro respondiendo de un ratón

Uno hablando de un santo
y el otro respondiendo de un perro”
Es decir, ya ni siquiera se trata de fallar en el hecho de llegar a un acuerdo, sino de que hay una ruptura completa en la comunicación. La forma en la que el poeta ve su lugar en este mundo desconectado, se muestra en las últimas líneas del poema:
“Y entonces es cuando en la oscuridad
vi al poeta todo solo
y alrededor de él brilló
el vacío”
Soledad e incomunicación atraviesan numerosas imágenes de Frente al muro, así en el poema “Ensayos acerca de la repetición de la noche”. En este, el hecho de que los amigos del hablante se vayan a las habitaciones interiores, es presentado como si él los hubiese perdido para siempre.
Los poemas de Frente al muro tienen una naturaleza fragmentaria y así también las escenas que son presentadas, con cuerpos algunas veces mutilados, transformados o sorprendidos a medio camino de pasar de un estado a otro. Según he adelantado, no se trata de leer en este desmembramiento, que opera a nivel de la forma y del contenido del libro, la manifestación de un pesimismo existencial que se agota en el hecho mismo de su exposición. De hecho, “Metamorfosis”, el poema final de Frente al muro, expresa el deseo de despertar algún día de esta pesadilla:
“Un día despertaré
convertido en estrella
como decías
lavaré la sangre de mis manos
y haré volar los clavos de mi pecho...”
Se trata de una realidad tormentosa en la que el poeta no se observa a sí mismo como víctima. Al contrario, asume la brutalidad (“lavaré la sangre de mis manos”). De esta forma, más que un retiro forzado, como insinuaba Friar, habría aquí una inmersión completa en la pesadilla del mundo.



Selección de Frente al muro de Miltos Sajturis*


Los ríos

Desafortunados sueños
nuestros años pasan en agonía
los diarios olvidan
pero en nuestro corazón
arde una muy roja herida
de viejo oro

Juntamos nuestras cosas
las escondemos en subterráneos
desarmamos los armarios
damos vuelta las sillas
y el desesperado sol entra
por una abertura y las ilumina

Debemos salir a los ríos
pronto el pájaro se quebrará
en nuestra cabeza
pronto cuajará
la sangre en el corazón
debemos salir de raíz
debemos salir desde los ríos


El teléfono

Llamamos por teléfono
preguntamos por un muerto
¿Dónde podemos encontrarlo?
— ¿Su nombre?
responden
— No tiene nombre
está muerto
buscamos
en los cajones
— Lo han escondido
— Lo han expulsado
— Lo han salvado
no lo encontramos
está muerto
nos dicen corran
en la lluvia
para encontrarlo
corremos
y no lo encontramos
llamo por teléfono
me dicen — Se fue
serán mentiras
yo LA veo
con mi gran ojo
púrpura
Vamos a otro lado
a dar vueltas
— No la conocen
— No saben el nombre de él
— Lo olvidaron
Llamo por teléfono
me dicen: No
— No saben quién soy
— No saben mi nombre
Me han olvidado

Estoy muerto


Metamorfosis

Un día despertaré
convertido en estrella
como decías
lavaré la sangre
de mis manos
y haré volar los clavos
de mi pecho
no le temeré más al rayo
no le temeré más al gallo desnucado
un día despertaré
convertido en estrella
como decías
entonces
serás un pájaro
o tal vez un pavo real
yo
me habré absuelto

Nota de la traductora
* Respecto a la traducción, he optado por mantener la ambigüedad del texto en aquellos casos en que el original griego es ambiguo. Igualmente, siempre que me pareció pertinente, mantuve también la rareza de la sintaxis de Sajturis y la apertura y confusión gramatical de sus frases. Considero que esto es constitutivo de su estilo y esencial a su poesía misteriosa y oscura, que se resiste a ser comprendida de una manera lógica y racional.

Fuente de la imagen de Miltos Sajturis
Relojes del revés: tres poemas de Miltos Sajturis.

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