[El erotismo de la réplica. Entrevista y poemas de Lily Michaelides]. Por Natalia Figueroa

La siguiente es la última de un conjunto de tres entrevistas realizadas por Natalia Figueroa a poetas de lengua helénica. Antes, había dialogado con Katerina Angelaki-Rouk y Elena Toumazi sobre su trabajo literario y su relación con la política.
En esta ocasión, la poeta Lily Michaelides habla de su poesía, sus influencias, su trabajo como codirectora de la organización cultural Ideogramma y de su experiencia en Nicosia, ciudad dividida entre las repúblicas de Chipre y Turquía. Además, Natalia Figueroa ofrece la traducción de cuatro poemas de la autora.

El erotismo de la réplica. Entrevista y poemas de Lily Michaelides

1. Lily, tú comenzaste a escribir cuando tenías cuarenta años. Antes de dedicarte a la poesía, trabajaste de secretaria en una oficina de arquitectos. ¿Podrías contarnos de esto y explicarnos qué ha significado la poesía para ti?

Antes de comenzar a escribir, leía mucho, leía todo lo que caía en mis manos. Me encantaba la literatura, pero no podía entender fácilmente la poesía. Consideraba la poesía como un campo por el que es muy difícil avanzar. En 1999 visité la India por primera vez. Luego de eso, volví cada año durante los próximos tres años. Entonces comencé a atravesar por los miles de días y momentos de mi vida. Empecé a analizar cosas, a buscar el significado de la existencia y, en algún punto de un camino sin retorno, en un momento crucial, me encontré con la poesía. Las cosas cayeron en su lugar, como nosotros decimos, todo conspiró y de esa forma conocí la poesía y me enamoré de ella.
Escribo para descubrir la verdad de las cosas y porque estoy intrigada por el tejido de las palabras en la red de un poema. Escribo por aquello que toco y saboreo, por eso que veo y escucho, por lo que vivo y sueño.

2. Así como lo describes, tu encuentro con la poesía pareciera tener las características de un cambio de percepción.

En la búsqueda de uno mismo, todos los sentidos deberían funcionar simultáneamente para asegurar que el camino que sigues es el que buscas. La forma en que percibimos las imágenes: de las personas y sus comportamientos, de la naturaleza y sus signos, debería estar sincronizada con los sentidos. Solo de esta manera puedo trabajar y escribir. El poema en sí, de alguna extraña manera, me lleva a ello. Parece que todo a mi alrededor allana el camino para este encuentro. Un poema es un pequeño milagro que revive los sentidos, solo alguien que atraviesa este proceso puede abrazarlo.

3. Desde que Chipre está dividido, la política se ha convertido en uno de los temas principales de la poesía chipriota. Pero tu poesía no se refiere directamente a la política. Hablando de amor y erotismo, motivos significativos en tu trabajo, ¿cuál sería para ti la importancia de escribir poemas de amor en tiempos de guerra?

La poesía siempre tiene, incluso la erótica, un tinte político y, en mis propios poemas, el problema político por el que Chipre está pasando arde por debajo. Mis experiencias, desde el tiempo en que nací, tienen que ver con los disturbios civiles que culminaron con la invasión turca de 1974 que dividió a mi país en dos. Hablar del amor y para el amor es mi forma de abordar positivamente la situación actual. ¡Soy por naturaleza erótica! Y quizás debido a eso muevo mi escritura por esos caminos... Diría que la poesía comienza como el presagio de un terremoto y continúa con el erotismo de la réplica.

Una de las barricadas que dividen la ciudad de Nicosia en Chipre

4. Al parecer, muchos chipriotas-griegos hablan mal de los chipriotas-turcos. Hay chipriotas-griegos que nunca han cruzado la línea fronteriza, debido a que se rehúsan a mostrar su pasaporte en su propio país. Tú, en cambio, organizas eventos donde invitas a poetas del lado turco y también participas en eventos en aquel lado. ¿Podrías hablarnos de estas experiencias?

No creo que la mayoría de los chipriotas-griegos estén en contra de los chipriotas-turcos. Nosotros estamos en contra de los invasores turcos y del ejército turco, sí, pero no en contra de los chipriotas-turcos, muchos de los cuales han vivido por muchos años pacíficamente en los mismos pueblos que los chipriotas-griegos. No puedo juzgar a aquellas personas que, cada uno por sus propias razones, no quieren visitar la parte norte de la isla, que está bajo ocupación turca. No olvidemos que muchos tuvieron experiencias traumáticas durante la invasión, vieron con sus propios ojos el asesinato de miembros de su familia y amigos, y esas experiencias las describen a sus hijos y nietos.
Personalmente, no soy una refugiada, entonces no quiero juzgar si esto es correcto o no. Porque, como tú sabes, lo correcto o equivocado está directamente relacionado con las experiencias individuales y es muy difícil juzgar las emociones humanas y lo que está oculto detrás de las palabras. He visitado la parte ocupada de la isla antes de que abrieran los pasos fronterizos (la línea verde), cuando aún había restricciones y tú necesitabas permisos especiales para cruzar.
Mi perspectiva es esta: la isla entera es mi país, es mi patria, y no quiero borrarla de mi memoria. Quiero visitarla, caminar en los pueblos, ir a las iglesias, ver los lugares que recuerdo de mi infancia. Este es mi acercamiento a ese tema y es por eso que no he cortado mi relación con el lugar y la gente.
Con Ideogramma, una organización cultural que establecimos con mi socia Nora Hadjisotiriou, organizamos festivales literarios internacionales y eventos de poesía en Chipre y en el extranjero. Siempre invitamos a poetas chipriotas-turcos y cooperamos con sus propias organizaciones culturales. Para mí, la cultura y especialmente el contacto humano, aparte del de políticos y militares, son una forma de superar o vencer los prejuicios y los viejos odios y reconectar relaciones pacíficas y fructíferas.


5. Tu último libro, Arena, comienza con un poema dedicado a Miltos Sachtouris. Podrías explicarnos cuál es tu relación con su poesía?

¡Miltos Sachtouris! Miltos Sachtouris es un gran poeta. No creo que exista un poeta que no aprecie el trabajo de Sachtouris. Mis primeros pasos en la lectura fueron con su poesía, cuando un buen amigo mío, el poeta Linos Ioannidis, me regaló un libro de poesía, así no más, inesperadamente, con la dedicatoria “para la tormenta roja de la poesía...”. Lo leí y luego compré toda la obra de Sachtouris. A través de la sencillez de sus letras pude ver mucho y luego entender mucho más. Digo “sencillez” de sus letras, pero que no se malentienda pues su profundidad no tiene fin... y en algún lugar de esa profundidad encontré una raíz de agua que probé. Él es uno de mis poetas favoritos, junto al argentino Jorge Luis Borges.

6. Continuando con tu libro Arena, ¿podrías contarnos qué representa este nombre para ti, en conexión con tu poema llamado “En el tiempo de la arena”?

Cuando en 2015 decidí proceder con la publicación de una nueva colección poética, reuní material diverso, de distintas épocas, escritos en lugares distintos, algunos de amor, otros acerca de la crisis económica, otros acerca de ciudades que visité, otros sobre la gente que vive en mi memoria. Me costó mucho decidir qué título representaría a todos esos poemas. Una visita a Barcelona fue decisiva. Como tú sabes, en Barcelona solían haber corridas de toros, que fueron abolidas hace muchos años, y la enorme arena fue desde entonces convertida en un enorme centro comercial. Fue entonces que nació la idea de llamar a esta colección de poemas Arena. Una palabra que tiene muchos significados, uno de ellos nos dice que la arena es un lugar para la acción y los juegos de la vida. Es decir, toda nuestra vida tiene lugar en una arena.
El poema “En el tiempo de la arena” fue escrito en el mismo año, cuando visité la Antigua Olimpia en el Peloponeso, Grecia. Allí realmente sientes el presente en conexión con el pasado, en un entorno que te hace olvidar el tiempo. Allí todo se reúne pacíficamente, la gente, la naturaleza, la historia. Igualmente, con el título quise atar, de la misma forma, todos los poemas de la colección.



Diarios viejos

En una repisa de la biblioteca
guardo los viejos diarios de vida.
Los abro de vez en cuando, no para recordar
sino borrar, para no repetir.

Porque la repetición esconde una tiranía
que sutilmente mata.


El hilo

De noche pienso en ti del otro lado de la ciudad
tu historia no es como la mía
aunque crecimos en el mismo lugar
nos reencontramos, nuestra ciudad no.
Urdimos nuestras vidas con el hilo que nos divide
levantamos escaleras para subir juntos
dejamos marcas para no perder el punto inicial
como las personas del desierto.

Los años se suavizaron, las pasiones, el corazón
somos como viajeros buscando caminos
que conduzcan a los sentidos.

Hoy, mirando las nuevas marcas
“la ciudad de nuestro corazón”, guardo los detalles vivos
el viento y sus olores, las voces y risa de las calles
sus cicatrices y lamento, sus espinas creciendo
en el lugar donde la dividieron en dos.
Tiene una inhumana cara la línea que divide.

Por eso pienso en ti de noche
la ciudad uniendo los separados hilos de nuestra historia.
Sobre tu vecindario vuela un volantín
no veo el hilo que lo equilibra
pero sé que está ahí.


Inesperadamente

La crisis irrumpe en todos lados
su pelo se agita en nuestras caras
su olor de burdel
su mirada apasionada y vanidosa.

Calles cuesta abajo de la crisis
balcón con vista al valle de la crisis
escudo en la entrada de la crisis.

Pero la crisis tiene un sentido abstracto.
¿Cómo podría conquistar el aire, los cerros
el mar, el sol?
¿Cómo toda esta luz
podría pertenecer a la crisis?

No hago caso de las advertencias
llevo el tiempo al revés
arranco sus sienes blancas
pinto sus labios de rojo
y me someto a vuestro juicio.


Honrarte

Todo lo acoge la escritura. Ríos,
Puentes, cerros. Valles y poblados.
Un lugar espacioso es el habla.

Mijalis Pieris. “Lugares de la escritura”

Vine a honrarte, Señor, a encender el candil.
Tomó mucho tiempo y las noches se agotaron.
Veinte años en este peñasco junto al mar, solo.
Inviernos con el viento trayendo el eco de la tierra a tu umbral,
la ola alcanzando la puerta, los cimientos removiéndose
conquistados de sal.

Y ahora golpeo tu puerta.
¿Quién eres tú que me despiertas con tus gritos?
¿Qué viento toma las cuerdas devolviéndome del sueño del tiempo?

Vine solo a honrarte, murmuré
no a desenterrar la furia del tiempo.
Solo a ver tu ventana, la gran escalera que te alzó
y el enorme pino del jardín, aún vivo, expandiéndose.
Una roca acuñada en el muro de piedra
y la placa tallada en la salida
testimonian tu paso por aquí.

Lo que diré podrá sonar extraño.
Hoy vi que te sentabas con aquel pensamiento en los ojos
al lápiz temblar en tu mano, tus labios murmurando lo escrito
y la orden aumentando, agolpándose en el papel
tu palabra como relámpago, y luego las malas noticias
liberadas en la fiebre.

Pero tu lámpara no se apagó.
Mil ojos se inclinan aún en tus escritos.
Mil manos palpan, para asir los significados
y dar forma a la levadura especial, para amasar contigo,
y comer, beber de tu sangre,
y encontrar reposo en el alma.

Lily Michaelides es autora de los libros de poesía Time’s Alchemy (Govostis, 2001), Shapes and Roads in Relief… (Govostis, 2003), Remembrance of a Dawn (Govostis, 2004), Intimations (Melani, 2008) y Arena, (Melani, 2014), además de los libros de prosa The City Needs No Introductions (Melani, 2010), Drops from the Maasai Land (Nicosia, 2017) y Him, men’s stories (Melani, 2018).
Sus poemas han sido publicados en periódicos y revistas de poesía tanto de Chipre como del extranjero. Forma parte de la junta directiva del PEN Club de Chipre y es codirectora de la organización cultural sin fines de lucro Ideogramma. Web: www.lilymichaelides.com

* La traducción de los poemas y la segunda fotografía de Lily Michaelides fueron realizadas por Natalia Figueroa.

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