[Sobre SYNCO de Jorge Baradit: El país que nunca existió ]. Por Juan Manuel Silva Barandica.
SYNCO, publicada por Ediciones B en noviembre de este año 2008 es la tercera novela del narrador chileno Jorge Baradit (Valparaíso, 1969), antes contamos Trinidad e Ygdrasil. Ahora, el escritor Juan Manuel Silva Barandica nos trae el primer acercamiento crítico a la recién publicada novela de Baradit, donde la tradición de una novela chilena, como la de la novela de anticipación y el mercadeo configuran una apertura a ese mundo contrautópico de un Chile social-tecnológico que constituye la ucronía de SYNCO.
Synco será lanzada este sábado 15 de noviembre a las 19:00 en el marco de la Feria Internacional del Libro de Santiago.
Synco será lanzada este sábado 15 de noviembre a las 19:00 en el marco de la Feria Internacional del Libro de Santiago.
El país que nunca existió
I
El dominio de la difusión es hoy parte del circuito literario. Así, la promoción, la mercadería y el mercadeo, antiguamente tareas de mercachifle y comerciante, hoy son asimiladas al creador. Saludable concesión, digamos, desnudo de una mentirosa ética del escritor, fraguada bajo fuegos románticos y, específicamente, asépticos fuegos, fuegos que libraron en algún momento al creador del mundo, su mundicia y mundanal porqueriza. Crear fue librarse del tráfico, del intercambio de aquello común en la comunidad.
Identificar la materia de una novela con el conflicto más importante de los últimos años en Chile, es a todas luces una estrategia de mercadeo. Esto, no porque suponga que Jorge Baradit eligió este momento para escribir otra novela sobre el golpe militar y la dictadura, sino porque la campaña que acompañó a Synco giraba en torno a dicho evento y no a la materia real de la novela. Si bien es cierto que Synco se apoya como ucronía del 11 de septiembre de 1973, la construcción del mundo, los personajes, el tiempo y la acción están cifrados en otros aspectos, distintos a los propuestos en un primer momento por el masificado advenimiento de la novela. Digo esto, pues el ámbito creado en torno a Synco, previo a su lanzamiento, se funda en la revisión de agentes clave en el desarrollo trágico y reciente de la política chilena. Tales desaciertos, propios de la propaganda y la publicidad, me dejan ver bajo la óptica de la anticipación, que se han comenzado a explorar declaradamente otros valores literarios, extratextuales, que pueden enriquecer o sepultar la producción literaria. El autor como productor, pasará a ser el productor como vendedor argumental, o como decimos en Chile, vendedor de pescada. Sin una negativa percepción, atesoro y temo el valor pecuniario del trabajo literario.
Identificar la materia de una novela con el conflicto más importante de los últimos años en Chile, es a todas luces una estrategia de mercadeo. Esto, no porque suponga que Jorge Baradit eligió este momento para escribir otra novela sobre el golpe militar y la dictadura, sino porque la campaña que acompañó a Synco giraba en torno a dicho evento y no a la materia real de la novela. Si bien es cierto que Synco se apoya como ucronía del 11 de septiembre de 1973, la construcción del mundo, los personajes, el tiempo y la acción están cifrados en otros aspectos, distintos a los propuestos en un primer momento por el masificado advenimiento de la novela. Digo esto, pues el ámbito creado en torno a Synco, previo a su lanzamiento, se funda en la revisión de agentes clave en el desarrollo trágico y reciente de la política chilena. Tales desaciertos, propios de la propaganda y la publicidad, me dejan ver bajo la óptica de la anticipación, que se han comenzado a explorar declaradamente otros valores literarios, extratextuales, que pueden enriquecer o sepultar la producción literaria. El autor como productor, pasará a ser el productor como vendedor argumental, o como decimos en Chile, vendedor de pescada. Sin una negativa percepción, atesoro y temo el valor pecuniario del trabajo literario.
II
Martina Aguablanca vuelve a Chile después de un largo autoexilio en Venezuela, gracias a ser hija de un militar que no soportó la adhesión marcial al gobierno de Salvador Allende, luego del fallido golpe de estado del 10 de septiembre de 1973. Chile en 1979 es el paraíso cibernético, la tercera opción entre los dos bloques que generan la Guerra Fría; un oasis en Latinoamérica que todos desean imitar. Martina llega a la capital en vísperas de la celebración de la reelección del presidente Allende, y su sorpresa y asombro irán creciendo exponencialmente, a medida que descubra la presencia de científicos y militares nazi en Chile, la función de Miguel Serrano como Canciller, la figural Matanza de todos los santos, en la que dos mil partidarios de extrema izquierda habrían sido asesinados por el grupo de extrema derecha Patria y Libertad. Ajusticiados los asesinos, la bonanza del país, su estabilidad social, política y económica fue sostenida por Synco: un sistema interconectado de información multimedia que funciona como computador y sistema nervioso del territorio de Chile. Synco es el proyecto soñado por Stafford Beer y Fernando Flores para instrumentalizar una Internet años antes que la Internet fuera siquiera soñada. Asimismo, si Synco es la ramificación nerviosa subterránea del reino de Chile, es también su alma. Esto, pues el gobierno ha querido plasmar su modelo de perfección hasta en lo espiritual, dándole a Chile una mitología, un discurso que explique su valor y su trascendencia. Por ende, las GAP ya no son sólo los amigos del presidente, sino un ejército de diestros soldados espirituales que han renunciado al mundo para sostener la realidad creada por Synco.
La novela se propone como la alternativa socialista, tecnológica y espiritual al vacío tercermundista, continente americano carente de estos tres contenidos, aunque no borrado, sino mantenido como fantasma, como un mundo posible o realidad alternativa que frecuentemente aparece en la última grabación del presidente Allende, como también ocurre en esa ucronía espiritual llamada Sivainvi de Philip Kindred Dick. La aparición de esta base, o primera realidad que es parodiada utópica o contrautópicamente, no es azarosa. De hecho, dos funciones inmediatas que tiene la ucronía son cuestionar el ámbito político, social y económico de esta realidad primera, y su realización práctica. Luego del ámbito productivo, digamos, la oposición del discurso natural al discurso técnico o del progreso del espíritu humano, el reino del concepto, viene la crítica moral, espiritual y ética. Las religiones, las ideologías, las prácticas y costumbres, son parodiadas e invertidas desde este mundo posible que las considera falibles, instrumentalmente arbitrarias e inaplicables. Así, la invención de un universo paralelo es mencionado en la novela, como la imposibilidad de revelar el estatuto de verdad de cualquiera de ellos. Cada uno es verdadero, como lecturas de un arquetipo, un mundo posible utópico, alejado de Dios, que en este caso es un creador maligno errado y utilitario (a la manera de los Gnósticos), por el que es necesario luchar. La vida y el esfuerzo de los personajes más comprometidos con los procesos ucrónicos, está en la conciencia de la existencia de otras realidades, pujando ellos espiritual y técnicamente por presentizar y realizar una realidad que absorba a las otras y despeje el velo de maya, en una suerte de mesianismo sincrético.
Synco, entonces, es esa búsqueda de una realidad anhelada, mediante procedimientos solapados. Tanto como la dictadura militar, el gobierno de Allende ha tenido que transar con la derecha, violando silenciosamente muchos de los postulados con los que se publicitó al pueblo. Esta es la punta del iceberg, siendo el decurso de la novela la presentación secuencial de pistas que logren armar el crucigrama de la estabilidad chilena, el triunfo de un socialismo tecnológico.
III
Dos aspectos interesantísmos de la narrativa de Baradit, son la voluntad de tejer un orbe que describir, creado con sus propias leyes (aunque huésped del nuestro), y continuar la batalla fantástica por derrumbar cualquier certidumbre en una realidad objetiva, unívoca y estable. Sobre la primera, queda de manifiesto al revisar la configuración de los mundos que representa en su novelística y en Synco, que existe una conciencia del espacio, el tiempo, los personajes y la acción, una conciencia clara. Con respecto a esto surgen las principales críticas a la novela. En primer lugar, porque hay una asimilación monológica en gran parte de los personajes. Como las escrituras alegóricas, digamos, medievales (Arcipreste de Hita), hay dos discursos en pugna. El del develamiento del fraude de Synco, llevado por los separatistas ligados a Carlos Altamirano y la oposición, y el discurso gubernamental-totalitario, que quiere a toda costa encubrir los mecanismos de dominación y estabilización social. Si bien, a primera vista esto no constituye falla alguna, en la novela pareciera existir una frecuencia y un discurso preconcebido que todos quienes quieren acceder al poder repiten: la mezcla de liberación, tecnología y esoterismo sincrético, podría ser una justa manera de definir dicho discurso. Por lo mismo, que muchos personajes hablen de un modo similar, resta intensidad y a veces simula un ajedrez cósmico, que podría llamar a interés, pero que no logra desarrollarse coherentemente. Por otro lado, hay personajes que desentonan en momentos de la narración y llaman la atención por su carácter enigmático. Este es un punto fuerte, hasta que ese discurso es asimilado por el drama patrio de la construcción de una ficción nacional.
En segundo lugar, hay un cierto grado de ridiculez en la caracterización de los extranjeros. Ya sea Martina misma, el otro venezolano, o Michael Townley, el discurso de los extranjeros es una reducción un tanto caricaturesca del decir otro. En este sentido, el proyecto cyberbolivariano mengua en fuerza por la incapacidad de definir, en primera instancia, el decir otro, el extranjero, sin las muletillas y los prejuicios que tendría un natural de Chile. Al cabo, resulta injustificado asumir un decir otro sin poder configurarlo en profundidad. Por el contrario, la inversión de los agentes coercitivos del golpe militar, a compañeros de lucha para desbaratar el seudo cáncer marxista, si en un comienzo es risible, cobra una relevancia insospechada hacia el final de la novela, en la que se replantea la ficción de Synco y las múltiples realidades paralelas. Como dije en un comienzo, uno de los pilares críticos de la ucronía, es desnudar los procesos históricos como grandes máquinas en las que los engranajes pueden variar para obtener resultados similares. Por ende, la inversión de vencedores-vencidos, es, para la narrativa chilena, un avance en las estrategias críticas de subversión del modelo de comprender y construir narrativas, aunque Synco no sea, especialmente, un vademécum de nuevas formas y posibilidades de reproducir realidades narrativas.
En tercer lugar, ligado este punto a la inestabilidad de aquello comprendido como realidad, Synco abusa de la crítica burlona a la tecnología de la cual se jactaba el Chile ucrónico. Me explico, si pensamos en un oasis tecnológico, una tercera vía entre los dos bloques de la Guerra Fría, cómo podría justificarse una burla a los dispositivos de dicho avance, aunque en esto hubiera fallas. Es inverosímil, tanto para la reflexión de los personajes, como para la opinión del narrador, que este gran sistema nervioso llamado Synco, se exprese mediante pantallas de baja calidad, mostrando, como se plantea en algún momento, que Santiago sería un “parque de diversiones de bajo presupuesto”. Igualmente injustificadas, ciertas aclaraciones sobre el estado de ánimo, la respuesta o la interioridad de los personajes cuando estos hablan. Esto, pues hay momentos en que la acción da cuenta del efecto que creará en un personaje, sin necesidad que el narrador nos explique cómo se siente. Volviendo a las críticas tecnológicas, hay un asunto que, si bien no es dicho, se da a entender. Es la posibilidad que esta interferencia del narrador como crítico del mundo creado, sea parte de una voz mayor, intersectando variadas realidades o mundos posibles, incluyendo la historia oficial del 11 de septiembre de 1973 y la variante ucrónica del 10 de septiembre del mismo año. Tal posibilidad esconde, como planteaba anteriormente un desmembramiento y fragmentación en el estatuto de lo real. Que se introduzca aleatoriamente un discurso de una realidad alternativa en una realidad base, provoca la disolución de esa basalidad que constituiría la realidad invadida. Del mismo modo que el arte fantástico, la rajadura de la realidad de la que hablaba Tzvetan Todorov, es decir, la vacilación entre la solución del problema por la vía racional o mágica, acaba contaminando el mundo, diluyéndolo en una materia similar a la de un sueño, en la que no hay límites bien establecidos entre estas posibles realidades.
Un ámbito proyectado silenciosamente por la publicación de Synco refiere a un cuestionamiento mayor. Chile fue fundado sobre poblados indígenas por afanes pecuniarios y de dominación territorial. Al menos así lo plantea ese mundo posible, esa ciencia ficción del pasado que es la historia. Synco y la producción novelística de Baradit ensaya otra opción y causa. Chile ha de ser fundado nuevamente, desde una utopía desmembrada, esta es, la del mejoramiento espiritual, técnico y material de la nación. Como Miguel Serrano planteara en Ni por mar ni por tierra, la fundación de Chile tendría que ver con fines mesiánicos, con la constitución de un orden distinto, ligado a los dioses que descansan silenciados en la tierra, en esa tierra tan común y ordinaria, en la rutinaria visión de una Cordillera de los Andes, que para Serrano y Baradit sería una de las dos columnas vertebrales del planeta. Un organismo mayor que busca centrarse, más allá de las experiencias particulares de sus habitantes. Hilozoísmo lo llamaron los antiguos, fundación mitológica, Serrano. Baradit proyecta la sombra sobre un país que no existe, que no ha existido y que requiere ser nombrado y asentado desde múltiples variables, todas ellas liberadoras de aquella primera y fatua fundación. Llenar de significado esta tierra, librarla de la rutina y lo conocido, es una de las estrategias que Baradit usa para desestabilizar nuestro concepto de realidad. Si la tecnología emula inteligencia, soplo, espíritu, ¿no es acaso ese espíritu que vuela entre nuestros computadores, la aniquilación de una utopía plena, y a su vez, la cierta opción de que estemos creando al Dios que termine con esta creación falsa y frustrada?
Comentarios
AAA Y ORESTE PLATH SE EQUIVOCO AL NOMBRAR A LAS 4 CUMBRES LITERARIAS DE CHILE.
PARA CON NOSOTROS LOS EMERGENTES, Y A VER SIGUIENDO LA LINEA DE NICANOR PARRA, QUE REALIZO AMPLIOS ESTUDIOS LITERARIOS PARA DEMOSTRAR QUE William Shakespeare FUE EL PRIMER ANTI-POETA, ENTONCES ES COSA DE DAR VUELTAS LOS ENFOQUES, A VER EN ESPAÑA LOS MEJORES ESCRITORES SERIAN JOSE MARIA CANO, EL FUNDADOR DE MECANO, Y Txus di Fellatio EL FUNDADOR DE MAGO DE OZ, A VER DE LA DAMAS LAS SEÑORITAS: NATALIA JIMENEZ DE LA QUINTA ESTACION, EVA AMARAL, MARTA SANCHEZ, PERO A VER QUEDEMONOS EN CHILE.
LOS PABLO NERUDA ES ROCKERO POR "ALTURAS DE MACCHU PICCHU", POR LOS JAIVAS, PABLO DE ROKHA IGUAL ES ROKERO POR LOS AMIGOS DE 8BOLAS; VICENTE HUIDOBRO ES MARINO POR SU MONUMENTO AL MAR, Y LA GABRIELA MISTRAL A VER, UNA PARVULARIA MAS.
BUENO NO ME EXTIENDO MAS UN SALUDO Y AL CORRIENTE SEÑORES.