[Pierre Menard, Autor del Quijote de Jorge Luis Borges] por Rocío Cano
Jorge Luis Borges (Buenos Aires, 24 de agosto de 1899 - Ginebra, 14 de junio de 1986), escritor argentino, es uno de los autores más destacados de la literatura en español del siglo XX. Sus obras consisten en cuentos, ensayos y poesía.
El libro Al Margen de Borges, de Lisa Block de Behar, se propone una lectura del cuento “Pierre Menard, Autor del Quijote” desde una retórica del silencio o una teoría de la lectura y del lector, el mismos Borges señalaba “Toda mi vida modifica el libro que estoy leyendo”. No es difícil integrar esta perspectiva a una posible lectura del cuento, puesto que al examinar los dos fragmentos del Quijote puestos como ejemplos de la notable superioridad de la obra de Menard frente a la de Cervantes, encontramos que la forma y el contexto de la recepción modifica ambos textos haciéndolos distintos en sus complejidades e interpretaciones, siendo palabra por palabra el mismo texto.
Esta modificación podría presentarse como argumento frente a la acusación de plagio o copia. No es posible que Menard escriba el mismo Quijote que escribió Cervantes, pues como señala el mismo cuento: “escribir el Quijote a principio del siglo XVII era una empresa razonable, necesaria, acaso fatal; a principio del XX, es casi imposible. No en vano han transcurrido trescientos años, cargados de complejísimos hechos. Entre ellos, para mencionar uno solo: el mismo Quijote” Borges, Obras completas I, 2007: 535)
El génesis de una obra, en el tiempo de la historia y en la vida de un autor, es el momento más contingente y más insignificante de su duración, el tiempo de las obras no es el tiempo definido de la escritura, sino el tiempo indefinido de la lectura y de la memoria. Así el sentido de los libros y de los hechos registrados en la historia en general está delante de ellos y no detrás, está en nosotros: un libro no es un sentido totalmente hecho, una revelación que tenemos que sufrir, es una reserva de formas que esperan su sentido es " la inminencia de una revelación que no se produce ", y que cada uno debe producir.
“…La lectura es la operación más importante y delicada de todas aquellas que contribuyen al nacimiento de un libro…” (Genette. Figures. 1966).
Esta modificación podría presentarse como argumento frente a la acusación de plagio o copia. No es posible que Menard escriba el mismo Quijote que escribió Cervantes, pues como señala el mismo cuento: “escribir el Quijote a principio del siglo XVII era una empresa razonable, necesaria, acaso fatal; a principio del XX, es casi imposible. No en vano han transcurrido trescientos años, cargados de complejísimos hechos. Entre ellos, para mencionar uno solo: el mismo Quijote” Borges, Obras completas I, 2007: 535)
El génesis de una obra, en el tiempo de la historia y en la vida de un autor, es el momento más contingente y más insignificante de su duración, el tiempo de las obras no es el tiempo definido de la escritura, sino el tiempo indefinido de la lectura y de la memoria. Así el sentido de los libros y de los hechos registrados en la historia en general está delante de ellos y no detrás, está en nosotros: un libro no es un sentido totalmente hecho, una revelación que tenemos que sufrir, es una reserva de formas que esperan su sentido es " la inminencia de una revelación que no se produce ", y que cada uno debe producir.
“…La lectura es la operación más importante y delicada de todas aquellas que contribuyen al nacimiento de un libro…” (Genette. Figures. 1966).
Sin embargo esas autorías que representan Pierre Menard, Borges y Cervantes no son más que dos Variantes de un autor universal y único que se personifica en distintas máscaras poéticas a lo largo de la historia. “quienes minuciosamente copian a un escritor, lo hacen impersonalmente, lo hacen porque confunden a ese escritor con la literatura, lo hacen porque sospechan que apartarse de él en un punto es apartarse de la razón y de ortodoxia. Durante muchos años creí que la casi infinita literatura estaba en un hombre. Ese hombre fue Carlyle, fue Jhosnnes Becher, fue Whitman; fue Rafael Cansinos-Asséns, fue De Quincey. (Borges, Obra Completa II, 1989: 19).
Así como Muchos han sido los autores del Quijote: un moro, un soldado español, un filósofo ingles, un narrador, un personaje, un usurpador, un lector, Unamuno, Toulet, Daudet, Borges, Pierre Menard; entre tantos, (este último también participa de otras máscaras, pues es “Poe, que engendró a Baudelaire, que engendró a Mellarmé, que engendró a Valéry, que engendró a Edmond Teste” ) muchos han sido el Quijote, el mismo Pierre Menard representa ambos roles: es el Quijote en su ser personaje literario; en ser primero un lector; por tomar la misma determinación re-escribir, en el caso del Quijote, las novelas de caballería, pero no en la escritura sino en la representación misma.
Este juego especular de paralelos y reveses y su posible destrucción es virtualmente el infinito. Así como es también infinito el juego aplicado a las nociones de verdad y ficción que se cruzan y penetran, pues tanto la obra de Borges como la de Cervantes señalan el fundamento crítico de la inestabilidad del concepto de verdad discursiva: en donde el “mundo de los libros” puede fundar un universo ficcional y al mismo tiempo cuestionar el mundo real.
Borges lleva al extremo lo que Cervantes había propuesto en el “Persiles” y acabado en el Quijote: la falsificación que produce la realidad autentifica la ficción.
Así como Muchos han sido los autores del Quijote: un moro, un soldado español, un filósofo ingles, un narrador, un personaje, un usurpador, un lector, Unamuno, Toulet, Daudet, Borges, Pierre Menard; entre tantos, (este último también participa de otras máscaras, pues es “Poe, que engendró a Baudelaire, que engendró a Mellarmé, que engendró a Valéry, que engendró a Edmond Teste” ) muchos han sido el Quijote, el mismo Pierre Menard representa ambos roles: es el Quijote en su ser personaje literario; en ser primero un lector; por tomar la misma determinación re-escribir, en el caso del Quijote, las novelas de caballería, pero no en la escritura sino en la representación misma.
Este juego especular de paralelos y reveses y su posible destrucción es virtualmente el infinito. Así como es también infinito el juego aplicado a las nociones de verdad y ficción que se cruzan y penetran, pues tanto la obra de Borges como la de Cervantes señalan el fundamento crítico de la inestabilidad del concepto de verdad discursiva: en donde el “mundo de los libros” puede fundar un universo ficcional y al mismo tiempo cuestionar el mundo real.
Borges lleva al extremo lo que Cervantes había propuesto en el “Persiles” y acabado en el Quijote: la falsificación que produce la realidad autentifica la ficción.
Comentarios
Un saludo.
Comprendo que lo dicho puede resultar extraño e increíble pero es absolutamente cierto y demostrable. El descubrimiento de este enigma me ha llevado tres años de trabajos y a escribir este mi primer y único libro que esconde un autentico tesoro literario: la existencia de formas ocultas en la obra de Cervantes, especialmente en el Quijote, algo que ha permanecido oculto durante 400 años y que ahora sale a luz. Quisiera ser tomado en serio y no es mi propósito tomar el pelo a nadie ni exponer teorías fantasiosas, repito que todo lo dicho es matemáticamente demostrable, y que de la lectura del libro se puede llegar a conocer el nombre de la aldea del Quijote, un pueblo nunca antes mencionado ni como sospechoso. Con todo, el libro oculta nuevamente dicho nombre, dejando que sea el lector avizor el que destape tal misterio si sigue las indicaciones y tiene un buen mapa de la zona o es conocedor de la Mancha. Así que me ha parecido mejor escribir y adjuntar un ensayo corto titulado “Urda la desconocida” para la mejor comprensión de la enrevesada trama del libro. En el ensayo, que se puede leer a modo de prólogo, se dice de forma clara y directa cual es el lugar de la Mancha, Urda (a 30 km. de Puerto Lapice por el noroeste) y las curiosas y contundentes razones que llevan al nombre de este pueblo o a su posición geográfica.
Lo sorprendente es que en este caso se trata de un estudio serio y riguroso, presentado en forma de novela, con pruebas concluyentes que muestran la existencia de esas formas difíciles correspondientes al mejor manierismo literario y muy de moda en la época de Cervantes, que se sirvió de ellas para plantear adivinanzas sobre el lugar y Avellaneda. Sólo pido algo de credibilidad y también paciencia para leerse el ensayo o el libro. Si se está interesado en más información contactar conmigo en fajunco@.hotmail.com